No sé si al resto de la gente le pasará igual, pero yo desde hace unos días - más bien unos años - vengo sintiéndome insegura del resto de la gente. Es como si cuando, por ejemplo, vas en el metro y te encuentras con un antiguo amigo o compañero. Entonces empiezo a sentir una claustrofobia
agorafóbica en dicha situación que casi hubiera preferido ir andando 26 km hasta mi destino. Es decir, en ese momento del encuentro indeseado empiezo a sentir un agobio por el lugar y por quien me rodea que me dan ganas de bajarme en la siguiente parada, pero tampoco lo haría por temor a encontrarme con otro elemento por la calle... y vuelta a empezar con la fobia.
Y es que en realidad creo que tengo un comienzo de fobia a las personas, no sólo si es desconocida, sino a cualquier individuo/a. Se nota claramente que esta "fobia" es una exageración de la situación real, pero el hecho de tener esa sensación de agobio me hace pensar sobre el comportamiento de las personas en la actualidad.
No es algo nuevo que en estos momentos el prototipo de persona actual no tiene nada que ver a cómo eran en otros tiempo pasados, que por desgracia (o gracia, según se mire) no he llegado a conocer. A día de hoy, prima la falsedad y el interés personal dentro del egocentrismo puro de la gente que anda por la calle. Es un comportamiento que acaba convirtiendo cualquier entorno en un ambiente altamente competitivo y hostil basado en los intereses de cada uno.
Es por eso que a veces tengo pánico a salir de casa, por temor a que algún listill@ sin escrúpulos, guiado por su egocentrismo, convierta el metro, el aula de la facultad o la propia calle en un circo romano de intereses
hipocrizados con falsedad y máscaras.
Llevaba tiempo pensando que escribir el artículo sería una idea pésima, y un tanto cobarde tal vez, pero es que cada día que salgo a la calle veo como todo el mundo se aprieta la coraza y se afila su
Gladius del engaño para atrapar a una nueva presa o destruir un enemigo.
Y cómo siempre, vuelvo a formularme la misma pregunta: Dónde quedan esas amistades eternas que figuran en las novelas literarias? Es que el ser humano ha dejado de ser
gregario y se ha vuelto un ser solitario e interesado, empleando a sus semejantes como si fueran peones en una partida de ajedrez. "Sí se ha de sacrificar alguien que sea el peón..."
En fin, creo que al fin y al cabo esa imagen de sinceridad, pulcritud y pureza de amistad reflejada en las novelas es tan solo eso, ficción literaria. Ya no creo, como siempre, que exista realmente un sentimiento real de colectividad, sino de individualismo interesado y agresivo.
Y si alguien tiene dudas, que suba al metro y se encuentre con cualquier amistad o persona indeseada (o indeseable?) y demuestre con falsedad lo bien educado que está saludando a quien desprecia, ocultando o haciendo caso omiso a hechos pasados que impiden tener confianza. Pero como se és tan falso, la horrible coincidencia simulará el encuentro de grandes amigos perdidos, ocultos bajo esa coraza preparada para la batalla.
Viva la competitividad colectiva!
